EL PRÓXIMO DOMINGO

 

Bajo este mismo título, Lucía Santa Cruz escribió en El Mercurio de hoy un análisis político sobre el plebiscito en que se votan dos opciones del proyecto de los Consejeros y además, enumera una serie de beneficios respecto de una esas opciones, amén de descalificar a quienes votarían de otra manera. Y las consecuencias que  de ello derivarían, otorgando un certificado de defunción a la Constitución del 80 y sus modificaciones, la que -según ella- ha sido “deslegitimada” por su origen no democrático.

Habría esperado que la columna de Lucía fuera -al respecto- el de una historiadora y no de una politóloga.  Y como pienso que la historia para estos efectos es muy importante, me permito hacer algunas observaciones.

Al margen de cualquiera sea la posición que adopten los votantes ese día, creo necesario recordar cómo se gestó todo el embrollo constitucional que nos aqueja. Señalando que cuando el expresidente Piñera no se sintió capaz de cumplir con el artículo 24 de la Constitución vigente (legitimada ésta ya cuatro veces en los últimos 43 años) en cuanto dispone la obligación de conservar el orden público, llamó al “Acuerdo de la Paz” ofreciendo la constitución vigente a cambio que la izquierda contribuyera a controlar el violento caos, lo que no consiguió.

Luego de ello, dicho mandatario patrocinó la convocatoria a un plebiscito para que los ciudadanos decidieran acerca de si queríamos o no una nueva constitución, previa reforma constitucional que adolecía de 4 causales de nulidad, lo que hicimos ver en dos Inserciones a página completa de ese mismo diario, sin ser desmentidos en forma alguna.

Pues bien, de allí nació todo el conjunto de renuncios y complicidades de la derecha para armar y rearmar todos los andamios de ilegalidades y confusión que han seguido hasta estos días.

Y que, en vísperas de dicho primer plebiscito, Lucía declaró en su columna, que se encontraba escindida   de su voto porque a su juicio ambas posiciones eran legítimas, agregando que envidiaba a quienes tenían la certeza de una posición al respecto. Aumentando aún más la confusión.

Votación que en los días siguientes, culminó con la aprobación que se dictara y promulgara una nueva constitución. Y, usando sus mismas palabras en el sentido que sus consecuencias serían clarísimas, hoy se encuentra muy preocupada respecto del resultado del “próximo domingo”.

Lo demás es historia conocida.

Sergio García.

Abogado

 
 
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