RESEÑA CRÍTICA: «EL HOMBRE RACIONAL» DE ROLLO TOMASSI

A menudo, el mundo moderno resulta confuso para los hombres. El discurso hegemónico de la “deconstrucción” y de las “nuevas masculinidades”, sumado a un potente activismo feminista, deja a muchos a la deriva sin saber qué hacer. 

En este contexto, Rollo Tomassi es considerado el padre de la filosofía “Píldora Roja”, la cual se caracteriza por ofrecer un camino distinto al que los medios de comunicación indican que los hombres deberíamos seguir. La referencia es a la película Matrix, donde el protagonista, Neo, en un punto de la historia, debía elegir la píldora roja si quería salir del engaño del sistema o, la píldora azul, si quería seguir en él. 

El libro El Hombre Racional (2013) es una recopilación de entradas de blog de 10 años de antigüedad, que, aunque a ratos desordenado y en ocasiones repetitivo, brutalmente útil para aquellos hombres que buscan un camino diferente en sus vidas. Adicionalmente, su contenido se puede encontrar en YouTube. 

Debe notarse que el autor se preocupa por desmarcarse de los MGTOW (Men Going their own Way) o los MRA (Men’s Rights Activists) en numerosas oportunidades pues, lo que le ocupa, no es el resentimiento o quejarse del sistema que describe como “ginocéntrico” (Centrado en las necesidades de las mujeres) sino, más bien, proveer una guía práctica y consejos para desenvolverse, dadas las circunstancias. Es por esto que lo llama “El Juego”.

¿Amor? ¿Matrimonio?

Resulta peculiar leer algunos consejos de este libro y notar que son idénticos a los que uno puede encontrar en páginas feministas. A modo de ejemplo, el autor desarrolla la teoría de la ONEITIS, vale decir, la idea de que existe una “media naranja” o la persona indicada para cada hombre, por la cual debería luchar, impulsado por los cuentos de amor de Disney. 

Es por este mito que muchos hombres viajan continentes, se cambian de carrera, intentan el absurdo de las relaciones a distancia e, incluso, le pagan la carrera a alguna pareja, que luego los abandona cuando puede encontrar una opción mejor. Entonces, descubren que todos sus sacrificios no importaron en lo absoluto. También, cuando logran estar con su pareja ideal, la relación por la que tanto lucharon se transforma en una carrera por consentir los deseos de su pareja a costa, muchas veces, de restringirse a sí mismos. Esto se puede ver también a nivel macro, con todos esos hombres que hacen enormes esfuerzos por “deconstruirse”, para que simplemente les pongan los cuernos con el primer machista militar que se les aparece a sus parejas. 

Es normal caer en una especie de nihilismo, nos dice Rollo, luego de afrontar esta realidad. No existe escapatoria de la hipergamia femenina (obtener el hombre de mayor estatus posible). Pero, ese no es necesariamente el caso. El autor de hecho está casado hace 17 años. Lo que en realidad importa es desarrollar y conocer tu valor como hombre, que sea tu “marco” o tu camino lo que importe en primer lugar, y que luego venga todo lo demás. Estar dispuesto a irte para cumplir tus metas, paradójicamente, puede hacer mucho más por fortalecer tus relaciones intersexuales que buscar consentir en todo a tu pareja. Esto no es distinto de lo que se alienta en páginas feministas sobre qué deberían hacer las mujeres, con la diferencia que estas suelen hablar en términos de “amor propio”, o de “mito del amor romántico”. 

El imperativo femenino

Desde la óptica del libro, muchas convenciones sociales están creadas para facilitar el imperativo femenino que busca maximizar la hipergamia. Por ejemplo, tenemos al sujeto que es descrito de la siguiente manera: “no es como esos malos hombres”, figura que, sin embargo, ignora del hecho que el 90% de los que están alrededor de él piensan exactamente igual. 

Este sujeto, inmerso en la píldora azul, no tiene idea que existe otro camino; además de ser totalmente predecible y domable en sus acciones. Hay que tener en cuenta que el libro no plantea que deberías ser un tipo malo, sino que no deberías dejarte influenciar por un esquema de conducta ajeno que no te conviene. Un tipo predecible no es atractivo. 

También tenemos el caso de otros mitos como aquel que reza que “la apariencia no importa, lo que importa es lo de adentro”. Es mentira. Conocemos muchos casos de novios que engordan una vez se emparejan. ¿Lo hacen acaso por su propio interés? El mismo Rollo nos insta a dejar de ser perezosos; el estar constantemente en forma es una señal de alerta para las mujeres, y deberíamos cultivar ese deseo. Resulta sumamente útil para las mujeres el hacernos creer que la apariencia no importa para así tenernos bien amarrados. 

Por último, podemos mencionar el mito de que las mujeres son tan sexuales como los hombres “pero son reprimidas por la sociedad”. Totalmente falso. Un hombre produce de 12 a 17 veces más testosterona (principal hormona involucrada en la estimulación de la libido) que las mujeres. Es una imposibilidad biológica que las mujeres sean tan sexuales como los hombres. En efecto, este mito les resulta realmente útil, pues pone la zanahoria adelante del burro y enmarca esa posibilidad de un matrimonio onírico repleto de sexo, cosa que resulta chocar brutalmente con la realidad. Además, resulta peculiar hacer un paralelismo con sitios feministas, las que también levantan las alarmas contra aquellos mitos relacionales o provenientes de la cultura. 

Palabras finales

Este libro nos ofrece una guía muy necesaria para nuestros días. Los jóvenes se desorientan cuando escuchan que la masculinidad es un problema y que, por lo tanto, hay algo malo en ellos. Lo cierto es que tomar la píldora roja puede ser una salvación para muchos. Sin duda, es un trabajo recomendable. Dejemos que las últimas palabras de esta reseña las ponga el mismo Rollo: 

«Es el hombre que permanece en contacto con su lado masculino, el tipo que, a pesar de toda la cultura pop que denigra y ridiculiza su género y los mismos aspectos que lo hacen una fuerza necesaria y positiva de la sociedad humana, perdurará y resistirá firmemente las influencias que quieren convertirlo en algo que nunca se pretendió; es este tipo y su confianza lo que las mujeres de todo el mundo encuentran irresistible. Él encarna la excitación masculina que su femenino ha estado buscando y no pueden explicarlo. Esta es la última prueba de meta-mierda en la selección sexual: descubrir o aprender lo que es ser positivamente masculino y permanecer así en un mundo que constantemente recrimina su género, que le dice que está envenenado por su testosterona mientras confirma los mismos atributos masculinos como un positivo para las mujeres. Es el tipo que entiende que son las diferencias de género, y no las similitudes andróginas, lo que nos hace fuertes. Es el hombre que puede ver que los sexos estaban destinados a ser complementarios, no adversarios, el que pasa esta prueba de mierda. La redefinición de género, como una convención social, sirve como un mecanismo de filtrado Alfa”.