CRÍTICA AL INDIGENISMO LATINOAMARICANO

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La conmemoración del quinto centenario del desembarco de los españoles sobre las costas americanas en 1992 trajo consigo una serie de críticas hacia el periodo colonial y un cuestionamiento a los gobiernos occidentales. Según José Bengoa, la manifestación más relevante ocurrida en América Latina en las dos últimas décadas ha sido la Emergencia Indígena, entendida como la presencia de nuevas identidades y expresiones étnicas, demandas y reclamos de las poblaciones indígenas1. En Chile como en el resto del continente se han empleado una serie de relatos en contra de los principios  de una sociedad libre y las economías de libre mercado. No obstante, estos no contemplan toda la historia del continente. El texto presentado a continuación no solo presenta réplicas contra este movimiento, sino una inspección de una América indígena idolatrada, pero a la vez desconocida por muchos activistas y políticos latinoamericanos. 

Dividido en dos tomos en su publicación original, este trabajo histórico y político del revisionista argentino Cristian Rodrigo Iturralde es uno de los más controversiales y fascinantes escritos sobre el descubrimiento y conquista de América. Su libro, 1492. Fin de la barbarie, comienzo de la civilización en América2 (2019), es una obra tanto original en su cuestionamiento de la visión hegemónica sobre el tema como rigurosa por sus fuentes. 

Debido a que la cuestión de la conquista de América sigue siendo un tema de actualidad, utilizada lo mismo para justificar las causas del indigenismo vernáculo como para desentender al continente de su filiación hispana, Iturralde nos presenta sus primeras tesis mediante problemáticas y consignas actuales, para posteriormente adentrarnos en las profundidades de aquel Nuevo Mundo. 

Cuestiona la idea del “buen salvaje” rechazando la existencia de una saludable y armoniosa unidad indígena hacia fines del siglo XV, que los conquistadores habrían interferido y destruido. Del mismo modo trata el concepto de la “Leyenda Negra” como una válvula de escape para encubrir las conquistas de otras potencias europeas en la Edad Moderna. Le atribuye un carácter meramente propagandístico e infundado en tiempos de auge del imperio hispano, mencionando incluso a autores izquierdistas —como el mexicano Carlos Fuentes o el argentino Jorge Abelardo Ramos— que han reconocido la condición ficticia de esta denuncia y han debido rechazarla. 

El autor prosigue retratando el paisaje de la América indígena antes de la llegada de los españoles. Afirma que, desde las comunidades con mayor organización y jerarquización como los aztecas, mayas o incas, hasta aquellas desorganizadas como las tribus caribes, tupís o guaraníes se distingue lo que él denomina «totalitarismo indígena». Es decir, regímenes que concentran la dirección de cualquier aspecto de la vida civil y política en la élite tribal, expresándose tanto en los sacrificios humanos como en el canibalismo generalizado, impactando enormemente en la demografía. Según Iturralde, se trata de un mundo donde la vida humana no tenía más valor que el de la fuerza de trabajo para el colectivo, carente de conceptos fundamentales para el mundo actual como lo son el libre albedrío o la igualdad. 

Consustancial a la recapitulación histórica, el segundo tomo agrega otras prácticas que afirman la tesis mencionada, como las trepanaciones, la craneopatía e incluso la mutilación genital y la castración. Del mismo modo, se relata la existencia de prostitución, pedofilia y travestismo en las sociedades indígenas antes del encuentro con el viejo mundo. Es de sumo interés e importancia el apartado sobre la mujer indígena, donde se subraya su calidad de sujeto carente de derechos y expuesto a una multitud de agresiones, junto con aquel que desarrolla el cambio que significó la llegada y encuentro de los españoles con los indígenas.  

De igual importancia, este volumen nos presenta el rostro del indigenismo en la época contemporánea. Como ejemplo, Iturralde advierte que la existencia de “fueros indígenas”, presentes en varios países de la región, son causantes de impunidad mediante la presentación de casos de abusos y hasta violaciones cometidas por indígenas que buscan en su etnicidad un medio de evadir la justicia, actuando en desmedro de la igualdad ante la ley y las víctimas.  

A través de las múltiples fuentes presentadas por Iturralde, el lector puede reflexionar e incluso dejar de lado aquellas visiones idílicas comúnmente aceptadas de sociedades indígenas. Su libro es una buena herramienta para un sano escepticismo y así contar con argumentos que permitan realizar críticas a la tesis indigenista. La única advertencia para su lectura guarda relación con el detalle en que se nos muestra la América prehispánica, prácticas que impactan en la sensibilidad humana. Aun así, se trata de una obra única cuya lectura es muy conveniente frente al advenimiento de un proceso constituyente en donde el indigenismo no estará ausente.

 
 
 

Notas a pie de página

  1. Bengoa, J. (2009). ¿Una segunda etapa de la Emergencia Indígena en América Latina? Cuadernos de Antropología Social, (29), 7-22. https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=180913914001

  2. Iturralde, C. (2019). 1492. Fin de la barbarie, comienzo de la civilización en América (2.a ed.). Unión Editorial.

 
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