NUESTRA RELACIÓN CON EL ESTADO: CLARIDAD PARA EL 2024

 

Ya habiendo pasado un par de meses desde el plebiscito constitucional 2023, es crucial reflexionar sobre los últimos y próximos cuatro años y evaluar el estado actual de nuestro amado país. Después de saberse los resultados, celebró tanto el gobierno de Boric como una parte de los Republicanos. Celebró José Manuel ‘Rojo’ Edwards, celebró Daniel Jadue. No obstante, mientras los políticos se abrazan entre ellos, la dura realidad de Chile persiste. Todos los datos empíricos demuestran que Chile está peor hoy en comparación al 2019. Peor aún, no hay señales de que esta tendencia cambie.

Todos los días cierran pequeñas y medianas empresas, el núcleo de nuestra economía. Los chilenos somos más pobres y el desempleo no deja de aumentar (8.9%). Esta falta de oportunidad laboral obliga a que muchos compatriotas caigan en la informalidad. No queda otra, total, el pan debe llegar a la mesa todos los días. Los decrecientes ingresos, a su vez, se ven afectados por la inflación, que superó el 4.4% en el año 2023. Lo que alcanza hoy, probablemente no será́ suficiente mañana. Chile será uno de los países de la región que menos crecerá durante el 2024, superando solamente a Bolivia, Brasil y Ecuador. Todo gracias a la gestión de nuestra clase política.

Los pequeños negocios, que son los principales generadores de empleo, fueron devastados durante el octubrismo de 2019. La extrema izquierda, con el respaldo de varios de sus dirigentes y parlamentarios, perpetró actos de violencia que resultaron en la quema y destrucción de cientos de negocios, ocasionando la pérdida de miles de puestos de trabajo. No pretendo afirmar que todos los que marcharon fueron izquierdistas violentos. No obstante, no fueron los “derechistas”, ni los católicos, ni los emprendedores quienes quemaron y saquearon Chile.

‘Si crees que los hombres duros son peligrosos, espera a ver de lo que son capaces los hombres débiles.’[1]

Es fundamental tener en cuenta esta frase y reflexionar sobre la responsabilidad que tuvo buena parte de la ‘oposición’ en la ruina de nuestro país. Sebastián Piñera fue un cómplice pasivo de los violentitas debido a su debilidad moral.

En medio de la ola de violencia, el Estado – pese a no cumplir con mantener la ley y el orden – continuó estirando la manito y exigiendo que los negocios paguen impuestos. Imaginen esta escena: Eres propietario de un negocio familiar y, a pesar de las dificultades, continúas pagando impuestos mientras la extrema izquierda intenta saquearte. Luego, después de un largo y difícil día, prendes la tele y ves cómo los políticos homenajean a los mismos que te saquearon.

Tiempo después, ves cómo nuestro honorable Presidente Gabriel Boric indulta y además les otorga pensiones de gracias a los mismos que quemaron tu local. Pensiones que serán pagadas con TUS impuestos. No podría ser peor, pensaron muchos. Bienvenido el COVID.

‘Cuando la bota del gobierno está en tu cogote, no importa si es la bota izquierda o derecha’. [2]

Los comerciantes, pequeñas y medianas empresas, así́ como los negocios familiares que milagrosamente lograron sobrevivir a la violencia de la izquierda octubrista, encontraron rápidamente un nuevo desafío con la presión que sería ejercida por la derecha. Muchas veces escuchamos en las noticias como el ‘COVID-19 causó muchos cierres de negocios’. Pero no, no olvidemos que el COVID jamás dejó a alguien sin trabajo, jamás cerró un local, jamás cerró un negocio familiar, jamás causó la bancarrota de un negocio que había funcionado por generaciones. Todo esto fue resultado de las acciones del Estado, a través del gobierno de turno, particularmente de la “derecha”, con sus políticas, mandatos y restricciones. Políticas liberticidas que justificaron en nombre del “bien común”.

Si por algún milagro lograste sobrevivir la violencia y saqueos, ahora venía el Estado a decidir si tu negocio es o no es “esencial”, coaccionando tu libertad de trabajar. Los políticos también se arrogaron la potestad de determinar, en tu propio negocio, cuantos clientes puedes atender a la vez. Ellos te decían a qué hora podías abrir, a qué hora debías cerrar. Ellos te decían incluso cómo organizar tus mesas. El mismo Estado que jamás te ayudó a abrir ese negocio. El mismo Estado que jamás estuvo contigo en las malas, en las lágrimas y sudor, ahora te decía cómo manejar tu negocio. Pero no olvidemos, hay que ser un buen contribuyente y pagar tus impuestos. Si no pagas, te multarán y cerrarán tu negocio, quitándole el alimento a tu familia. Pero tranquilo, todo es por el “bien común”.

Imagen: Iglesia de la Veracruz después que fue quemada el 2019.  Crédito: Aton

Por favor, recordemos este absurdo estado de nuestro país. Burócratas, de distintos partidos, como Francisco Vidal, Paulina Vodanovic, Maite Orsini, ganando millones de pesos en sueldos estatales, llenos de verdaderos privilegios, diciéndote a ti como manejar tu negocio. Sienten el derecho de decidir qué días puedes abrir, a qué hora puedes abrir, cuánto les tienes que pagar a tus trabajadores, o si debes tener ciertas medidas que ellos, los “expertos”, estiman importante.

¿Qué importa si tienes 20 años de experiencia en el rubro y en cómo manejar un negocio? Ellos, que nunca han pagado un sueldo, te dicen que pagas muy poco. Aquellos que nunca han creado empleo te advierten que tus condiciones no son buenas y que sería mejor que no contrates. Los mismos que viven de tus impuestos, te dicen que tienes que pagar más impuestos. Y si fallas en pasarle una parte de tu ganancia a los burócratas, clausurarán tu negocio... agradece, es por el “bien común”.

Es evidente que tú no eres el Estado, son ELLOS.

No debemos olvidarlo en los próximos años. Estamos peor que hace cuatro años gracias a la “dignidad” que prometieron. Pero no será́ el Estado quien entregue la “dignidad” de poder alimentar a nuestras familias, de poder pagar tu hipoteca, de poder trabajar y/o emprender. El Estado se pondrá́ en tu camino y será́ el primero en cobrar su parte, tu ‘contribución’. Debes pagar tu parte porque el Estado lo administra mejor que tú, según iluminados como Gonzalo Winter y Catalina Pérez.

La función fundamental del Estado es proveer seguridad y justicia. De ahí́ en adelante, todos los chilenos contamos con suficiente dignidad, espíritu, ganas, amor e inteligencia para seguir y hacer el trabajo necesario para mejorar la vida de nuestras familias. Si el Estado nos quiere ayudar, que simplemente salga del camino.

Si el Estado nos quiere ayudar, que se dedique a proteger nuestras fronteras y no a cobrarme multa por no tener una patente que además no llegó a tiempo por culpa de ellos. Si el Estado nos quiere ayudar, que persiga a los delincuentes y no nos lleven detenidos por defendernos. Que el Estado salga del camino. Da igual si gobierna la derecha o la izquierda. El Estado no llegará a salvarte como un superhéroe. Te invito a repensar tu relación con el Estado. En los próximos cuatro años, te invito a gobernarte a ti mismo.

Jorge Yáñez

 Notas al pie:

[1] Peterson, Jordan, 12 Rules for Life. 2018

[2] Floyd, George. Año desconocido.

 
 
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