LAS BAJAS NO TAN EVIDENTES

 

La guerra psicológica a esta altura se comprende como un hecho más. Y el alcance de la destrucción que ha generado es una tragedia individual que, multiplicada por la cantidad de afectados, se vuelve inconmensurable al profundizar en el sufrimiento que significa el factor “tiempo” para cada uno de ellos. Como bien dijera Stalin, conociendo el alcance de su propia maldad deliberada, “una única muerte es una tragedia. Un millón es una estadística”. En el caso de las enfermedades mentales, se trata de una muerte lenta, una agonía cotidiana y una esclavitud química.

En este sentido, Camile Paglia ha declarado que vio perderse a las mejores mentes de su generación por el uso de drogas duras y alucinógenas. Estas mentes, sobre todo con búsquedas artísticas genuinas, se ven cautivadas por la hipersensibilidad temporal que otorgan y la facilidad que genera esta sobre la estimulación sensorial; pero no es algo gratuito.

Luis Alberto Spinetta cantaba en la canción “A Starosta el Idiota” de su disco  “Artaud”:

El idiota
Ya nada puedo hacer por él
El se quemará
mirando el sol
Y es esta la historia
del que espera
frente al despertar

Vámonos de aquí

El nexo artístico respecto a esta dañina idea que podemos ver representada en la historia de Icaro y sus ansias de volar cada vez más alto, yendo en contra de la sabiduría de su padre y terminando en su muertees el texto de Antonin Artaud (por lo cual el disco se llama así) llamado “Van Gogh, el suicidado por la sociedad”. Este texto plantea la incomprensión que tuvo la sociedad con Van Gogh, artista que padecía de una enfermedad mental y que, según propone el poeta surrealista (que también padecía enfermedades mentales que estimulaba aún más con su consumo de Peyote), debía ser comprendido como una especie de “iluminado” a pesar de todos sus desvaríos y condiciones patológicas que presentaba.

La influencia de esta idea fue algo que se diseminó por el mundo, teniendo como ejemplo en Inglaterra al talentosísimo creador de Pink Floyd, llamado Syd Barret, el cual perdió toda conexión con la realidad debido al uso del LSD.

En Chile, aunque poca gente lo sepa, tuvimos también un caso ejemplar del fenómeno antes comentado. Don Julio Villalobos, fallecido recientemente el 3/03/2022, y que influenciado por la explosión del movimiento Hippie, abusó de drogas y pasó de ser uno de los mejores compositores de Folklore y Rock de la época a un lisiado mental por haber desarrollado esquizofrenia (siendo desechado por la banda para grabar un último disco sin él).

Como bien plantea Cristian Rodrigo Iturrialde en su análisis sobre la Escuela de Frankfurt, la destrucción del capitalismo dependía de la eliminación de cualquier tipo de actitud represiva, siendo los libertinos y desviados el perfecto sujeto revolucionario. Al comprender esta idea desarrollada e implantada en nuestras sociedades por la izquierda internacional, la magnitud de la maldad que sabemos que representan adquiere aún más potencia. Cada una de estas mentes desperdiciadas debería considerarse una baja en la guerra psicológica que ellos han desatado, y que ha explotado en nuestros países destruyendo a muchos.

Julio Villalobos fue inundado de desesperanza frente a los eventos que tuvo que vivir en los tiempos de la UP. Vio los conflictos políticos entre compatriotas y así lo expresaba su música;

Junta tus fuerzas para gritar en la noche
a las montañas, a la oscuridad del alma
el primer hombre que dijo tener esperanza
está llorando juntos con todos su causa.

Ya no le queda nada

Pero también se aprecia en su arte la felicidad de tener una vida campestre y reposada, con reflexiones profundas acerca de la vida, donde cada paso que se da es considerado valioso, y que, por lo pronto, debería instar a la reflexión. Incluso un río podía ser sujeto de inspiración para él, y cada una de sus partículas atraviesan la melodía y poesía que compone su obra:

Anduvo por la vida
los días y las noches
los hombres y animales
tomaron sus aguas frescas

Tengo agua para todos
la lluvia ya vendrá
su alegre murmurar

Pero su cuerpo de agua florecía
dando vida a coloridos peces

¿El rio dónde va?

Sin duda alguna, don Julio tuvo el potencial de ser un músico de renombre mundial respecto a sus colegas de otros países en los estilos que se movía, pero a cambio de eso nos ha dejado un par de composiciones en los trabajos que hizo con “Los Blops”, sumadas a algunas canciones mal grabadas que hizo en solitario.

Minimizado, solitario, auto-exiliado del mundo, pasó sus últimos días con un deterioro cognitivo serio, sin siquiera saber ni entender de dónde vinieron los estímulos e ideas que lo destruyeron a él y a la posibilidad para nosotros de haber gozado de una obra más extensa, que sin duda podría haber realizado.

Entiéndase este texto como un grito en honor a su memoria y a todos los caídos de Occidente, que, perdiendo el techo metafísico supremo (Dios), llenaron ese vacío con ideas nocivas, sustancias que alteran la conciencia y la idea de la locura como una opción de trascendencia.

 
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